Juanjo Linares, mi Maestro y gran amigo, ya no podrá seguir impartiendo sus clases, y no es porque no  pueda, es que nos ha dejado. Se ha ido demasiado pronto, nos ha dejado con las ganas de seguir aprendiendo, no sólo danza tradicional, sino amor a la danza, conocimiento de tradiciones, historia, evolución de nuestras costumbres y bailes... ¡Nos enriquecías tanto!. Tu generosidad era abrumadora, no dudabas en enseñárnoslo todo.

No te gustaba mirar el reloj,no te gustaba enseñar sólo pasos, querías que entendieramos como era el pueblo, como bailaban sus gentes, lo que más feliz te hacía era que no quisieramos que tus clases llegaran a su fin.

 

El pueblo es el alma de la danza.

 

No quiero, desde estas palabras, destacar tu amplia e impresionante trayectoria artística.

Si quiero destacar que a pesar de tus 76 años,no quisiste nunca dejar la enseñanza, desde que en 1970 tuvieses que dejar la escena por motivos de salud. Desde entonces la investigación y la recopilación fueron tu vida.

 

El museo de Ordes, en el que se expondrán más de 700 trajes regionales de tu colección, todavía no se ha inagurado. Te fuiste sin llegar a ver ese sueño terminado, ¡"las cosas de palacio..."!.

 

Durante estos últimos años he pasado mucho tiempo contigo, estudiando, trabajando y siendo tu amiga. He aprendido mucho de tí, y quizás eso hace que te eche mucho de menos. Pero tu huella está muy presente y creo que me espera un bonito y duro trabajo por delante.

Las alumnas de este centro tuvieron ocasión de conocerte, pues viniste a algunas de nuestras representaciones, y han sentido mucho tu marcha.

 

Un cariñoso beso desde esta pequeña escuela de baile.